Internacional.- El presidente de Colombia, Gustavo Petro, renovó siete ministerios y se rodeó de viejos aliados políticos en medio de la peor crisis del gobierno que pena para implementar sus reformas de izquierda.
En el poder desde el 7 de agosto, el mandatario ha tenido dificultades para hacer realidad los cambios profundos que prometió en campaña sobre el sistema laboral, sanitario, de pensiones, justicia, entre otros. Y los partidos tradicionales que apoyaron el arranque de su gobierno fueron distanciándose con el tiempo en el Congreso.
En medio de la tormenta política, Petro pidió la renuncia de todos sus jefes de cartera este miércoles. Entre los salientes destaca José Antonio Campo, un académico liberal que se desempeñaba como jefe del Ministerio de Hacienda y creaba consensos.
Por su experiencia y reconocimiento como economista y profesor de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, daba seguridad en los mercados y partidos políticos aliados del primer gobierno de izquierda en la historia del país.
«Hemos logrado generar una confianza en el manejo económico del país que espero que sea consolidada y continúe bajo (la administración de) mi sucesor», dijo Ocampo en una rueda de prensa de despedida.
La noche del martes, Petro pidió un «replanteamiento del gobierno», tras poner fin a alianzas con partidos tradicionales claves para el éxito de sus reformas en el Congreso.
En las últimas horas dejó ver su desconfianza hacia ciertos ministros que no hacían parte de su círculo de confianza, algunos de ellos cercanos a sectores que le dieron la espalda a sus reformas.
Viejos aliados
Al parecer las discrepancias sobre la propuesta de la reforma de salud y del sector agrario detonaron el conflicto.
Petro aceptó también la renuncia de la ministra de Salud, Carolina Corcho, en el centro de las disputas entre el gobierno y parte del Congreso que se opone a una reforma constitucional para reducir la participación privada en el sistema de sanitario.
En Hacienda el mandatario designó al exprofesor universitario Ricardo Bonilla, exsecretario de Hacienda durante la alcaldía de Petro en Bogotá (2012-2015). En Salud, al político y cirujano Guillermo Alfonso Jaramillo, secretario de gobierno en esa época.
Siguiendo esa misma línea, ubicó al excongresista Juan Fernando Velasco, uno de sus hombres más cercanos, en el ministerio del Interior y en la cartera de las Tecnologías y las Comunicaciones a Mauricio Lizcano, quien venía desempeñándose como asesor de la presidencia.
Petro había conformado un primer gabinete alejado de las fuerzas de izquierda que lo llevaron a la presidencia y optó por políticos de centro y derecha.