Santo Domingo.- El Gobierno dominicano no dará tregua a las bandas armadas y las enfrentará sin descanso de cualquier manera que sea, para que no turben la tranquilidad del país, volvió a advertir ayer con firmeza el presidente Abinader.
La fuerte advertencia del mandatario llegó a raíz de que un grupo criminal de dominicanos y haitianos asesinaran sin piedad a una familia en Dajabón. Tres miembros de esa banda fueron abatidos por la Policía, mientras otros cuatro están detenidos y serán llevados a la justicia.
Fue en ese contexto que Abinader afirmó que los bandidos y delincuentes recibirán una respuesta drástica y severa de parte de su gobierno.
«Al completar ya y haber terminado la operación de captura de los responsables de esa tragedia, y dar un mensaje, como lo estamos dando, de que van a tener resultados drásticos los que incurran en ese tipo de acciones», dijo en Pedernales, donde encabezó un acto de promoción turística con miembros de la prensa.
En septiembre del año pasado, el jefe de Estado aseguró que no permitiría la entrada al país de pandilleros haitianos, y poco después prohibió el ingreso de algunos personajes de Haití. Ahora, casi un año después, insiste en el tema a raíz de la tragedia ocurrida.
Sucedió en la siniestra madrugada del lunes, cuando una cuadrilla dominico-haitiana asesinó a Ramón Eugenio Medina (Papito), a su esposa Carmelina Antonio Cabreja Ramos, a su hijo Daniel Medina Cabreja y a una cuarta persona no identificada todavía. Además, Cristino López resultó herido en el mismo hecho. Por este cuádruple asesinato, la Policía abatió al jefe de la banda, el dominicano David Cruz Jiménez, a los haitianos Watson Delicier y Maken Pierre. En tanto que los detenidos son Adonis José Morillo, Frandy Lumenes, Maxos Olus y Pacheco Beltrán.
En otro caso, a pesar de las enérgicas advertencias del gobernante, el delincuente apodado «la Plumita» sigue fugitivo, ya que no se ha entregado a las autoridades ni ha sido recapturado, luego de que lograra escapar con la complicidad de unos socios que actuaron para liberarlo cuando lo llevaban desde la cárcel de La Victoria hacia un tribunal de San Pedro de Macorís. Sus cómplices emboscaron el minibús en que lo llevaban, soltaron al condenado y tirotearon el vehículo.