Tecnología.- Los usuarios del robot conversacional estadounidense Replika buscaban compañía, algunos un vínculo romántico o incluso intercambios con un tinte sexual. Pero, en el último año abundan las quejas de personas que recibieron imágenes demasiado explícitas o que se sintieron acosados sexualmente.
El viernes pasado, la Agencia Italiana de Protección de Datos expresó su inquietud por el impacto en las personas más frágiles y prohibió que Replika use los datos personales de los italianos, afirmando que va en contra del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
Replika fue contactado por la AFP, pero no respondió a la una solicitud de comentario.
Este caso muestra que el reglamento europeo – que es un quebradero de cabeza para los gigantes de la tecnología que han sido multados con miles de millones de dólares por infringirlo – podría convertirse en un enemigo de la inteligencia artificial que genera contenido.
El robot Replika fue entrenado basándose en una versión del modelo conversacional GPT-3 de la empresa OpenAI, que fue la creadora de chatGPT. Este sistema de Inteligencia Artificial (IA) utiliza información de internet para generar respuestas coherentes a las preguntas de los usuarios.
Esta tecnología promete una revolución de las búsquedas en internet y de otros dominios en los que pueda ser utilizada.
Pero, los expertos advierten que también representa riesgos que hacen necesaria su regulación, que es difícil de implementar.